Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

Las comunicaciones acerca de los evangelistas y sus Evangelios en la Nueva Revelación


   La Nueva Revelación no se limita a aclarar el texto y el sentido del mensaje de Jesús, también nos informa acerca de los evangelistas. Hay opiniones muy divergentes acerca de los autores de los Evangelios. Los teólogos evangélicos mantienen la opinión casi unánime de que los autores de los Evangelios no habían sido testigos oculares o auditivos. La Iglesia Católica mantiene que el evangelista Juan es idéntico al discípulo preferido de Jesús. La Nueva Revelación confirma este concepto. Mientras algunos investigadores restan importancia al Evangelio de San Juan, la Nueva Revelación resalta justamente este Evangelio como el más fidedigno. Clemente de Alexandria (siglo III) hizo una valoración exacta cuando definió el Evangelio de san Juan como el "Evangelio espiritual", "el núcleo, la culminación, lo más sagrado del Nuevo Testamento". San Juan habla de los diálogos de Jesús con Nicodemo, precisando datos de lugares solamente conocidos para un testigo ocular.
    Por las pocas frases introductorias de carácter filosófico, muchos críticos cayeron en el error de considerar a Juan como a un Helenista. La Nueva Revelación explica que estas frases del Evangelio de san Juan fueron pronunciadas por Jesús mismo. No hay que sobrevalorar estas frases de carácter filosófico. En la literatura se encuentran las más variadas teorías acerca de la personalidad del evangelista Juan. E1 autor católico Paillard, opina: "El padre de Juan dirigía una empresa pesquera con varios jornaleros. La familia gozaba de buenas condiciones económicas, manteniendo relaciones con altas esferas de Jerusalén". En cambio, la Nueva Revelación nos dice que Juan era hijo de gente pobre que apenas alimentaba a su prole. En detalle se puede leer: "Los hijos de José, tanto los suyos propios, como los acogidos en su hogar vivían pobremente, y la mayor parte me siguió". Entre ellos estaba Juan, que iba mucho a casa de José y que era un aprendiz. Ya que su padre era aún más necesitado, le había confiado su hijo a José para que le enseñara su oficio. Juan aprendió el oficio, llegando a ser un carpintero y ebanista muy diestro. Como él amaba a Maria y a Mi, como a todos los de la casa de José, este buen hijo de Zebedeo era el más indicado para confiarle más tarde el cuidado de Maria. Juan dejó poco escrito acerca de la vida pública de Jesús, a pesar de conocer todo lo que ocurrió y lo que Jesús predicó. É1 recibió la orden de anotar solamente lo más importante. "Así que Juan y Mateo escribieron el Evangelio, pero solamente lo más importante, dejando de lado los hechos segundarios. (Gr VI 148, 20). En alguna ocasión Juan preguntó: ¿Lo anoto? a lo cual recibió la contestación: "déjalo estar". "En otros tiempos (tiempos de Lorber, el autor), llamaré servidores, videntes y profetas que revelarán a los hombres de buena voluntad todo lo necesario." "Tú apuntarás lo más importante de Mi vida pública en el Evangelio que escribirás y luego añadirás, de que aún He predicado y hecho mucho más de lo que queda escrito; si se escribiera todo en los libros, el mundo no lo entendería." (Gr X 157, 2 y 3).
    Es notable esta última frase, que dice que los hombres no comprenderían el contenido. El texto algo extraño y mutilado del Evangelio de san Juan (21, 2S) . que ni en todo el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir (en el sentido de espacio), recibe una aclaración comprensible en la Nueva Revelación En otro lugar de la Nueva Revelación se nos facilita aún la comprensión de este texto al intercalar la palabra "todavía" E1 texto completo y bien claro afirma que los hombres de entonces no podían comprender lo que Jesús comunicó a sus discípulos en secreto. "En los tiempos actuales, cuando el grado de cultura del hombre y su vida intelectual sea distinta." "Mis discípulos eran aun como niños pequeños que no podían comprender en un principio lo que les dije acerca de Mi y de Mi reino, no lo captaron hasta después de la venida del Espíritu." "Si Mis discípulos me hicieron toda clase de preguntas, os podéis imaginar cómo pensarían los otros, los menos iniciados." (Pr 296).
    Según datos de la Nueva Revelación, san Juan concluyó su Evangelio "en la época en que Jerusalén fue destruido por los romanos" (70 p. D). A una edad superior a los cien años, escribió sus "visiones" bajo el título "Revelaciones sobre el Apocalipsis".
    Los investigadores aún dudan quién era el autor del Evangelio de san Mateo. Se reconoce que el Evangelio de san Mateo en su forma actual proviene de un conjunto de elementos más antiguos; algunos suponen que las fuentes han sido el Evangelio de san Marco y otra fuente desconocida denominada "Q". Es la llamada teoría de las dos fuentes. Pero los investigadores discrepan entre sí. Según Paillard es "una teoría demasiado simple". No trataremos aquí las opiniones diferentes, ya que la Nueva Revelación nos da una información exhaustiva. Dice: "Mateo antes de trabajar como aduanero en el mar de Galilea prestaba servicio de escribiente con los romanos". (Gr IX 114, 1). (Este Mateo era solamente un escribiente en una aduana, que además regentaba una taberna; no se le debe confundir con el otro Mateo, el aduanero autónomo.) "A éste he llamado en mi viaje a Kis entre Cafarnaum y Kis, y por el cual se me ha reprochado que me sentaba en la mesa con pecadores y publicanos". Pero como aquel Mateo sabía llevar bien la pluma, me lo llevé como escribiente para relatar los hechos, mientras Juan se encargó de anotar Mi Palabra, o sea lo que iba enseñando; Mateo a veces anotó partes poco espirituales, pero siempre se dejó corregir por Juan. Mateo tenía buena memoria para los hechos, pero mala memoria para Mi doctrina. De mi situación familiar no sabía mucho mientras peregrinaba conmigo, lo que llegó a saber se lo comunicaron Jaime, Simón y Juan. Él no lo apuntó en seguida, sino unos años posterior a Mi resurrección, cuando él fue elegido apóstol en lugar de Judas Iscariote. Este apóstol, Mateo había compuesto su Evangelio bien ordenado y con precisión; luego lo llevó consigo en un viaje a las regiones orientales de Asía.
    En Jerusalén, Galilea, Samaria, Tirene y Sidone surgieron cinco Mateos y cada uno escribió su evangelio, resultando el redactado en Sidone el más acertado. Durante el Concilio de Nicea los otros cuatro evangelios fueron rechazados como apócrifos y el de Sidone retenido como el más auténtico. También éste es en parte apócrifo, aunque su autor se esforzó en escribir del modo mas real y correcto. Este mismo autor escribió un total de catorce evangelios, siempre según relatos de algún testigo ocular. De estos escritos compuso el décimoquinto, el cual es considerado por los eruditos como el más puro e importante, y este pseudo?Mateo, llamado l'Rabbas, es el creador del actual Evangelio de san Mateo. El auténtico se encuentra junto con una gran cantidad de libros y escritos en una importante ciudad de la Indía." (Gr XI, pág. 241-242).
    Jesús pronosticó al apóstol Mateo: "...otro escribirá bajo tu nombre, su obra se pondrá en el lugar de la tuya y permanecerá". (Gr X 157, 6). Es decir, el Evangelio según san Mateo es un pseudo-evangelio escrito por un tal l'Rabbas. Dice la Nueva Revelación: "el pseudo-evangelista Mateo es un hombre de buena fe, un buscador de la verdad que se esforzó mucho por descubrir la verdad de los hechos, y durante veinte años acumuló datos antes de ponerse a escribir. En aquel tiempo no quedó ningún apóstol mío en el país de los judíos, aunque sí había una gran cantidad de testigos. Pero como ocurre en tales ocasiones, muchas personas sabían y recordaban hechos, pero siempre cosas que les habían ocurrido a ellos mismos. Se comprenderá que l'Rabbas tuvo dificultad al igual que los otros evangelistas en ver claro lo que se llegó a contar sobre Mi y Mi persona, Mi doctrina y todos los hechos". "Puede surgir la pregunta porqué Yo no había llamado o inspirado a persona alguna, para que relatara la pura verdad y la escribiera sobre el pergamino. Yo os respondo, que siempre he asistido a las personas en busca de la verdad. Pero lo que ocurrió luego con las tradiciones en el mundo egoísta, escapa a mi alcance y dejé de intervenir, porque cada hombre tiene una voluntad completamente libre. Que no he ahorrado visiones lo demuestran los grandes Concilios, que poco después de Mi tiempo comenzaron a reunirse inspirados por el Espíritu Santo, con el objeto de separar la verdad de la mentira y de difundir la verdad a toda la comunidad. Pero como la mala hierba crece junto al grano, no lograron extirparla del todo." "En los tiempos actuales (como en el de Lorber, el autor), aquí y en otros lugares se dan visiones, y el enemigo de la verdad no puede actuar contra ellas. Ahora me construiré unos diques contra la marea de la mentira y erigiré la verdadera roca de Pedro, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán." (Gr XI, pág 262/263).
    La Nueva Revelación también nos da noticias interesantes de san Lucas y su Evangelio. "Referente a éste, se trata de una colección de hechos recogidos, tanto en Jerusalén como en los alrededores, referidos por diversas personas, hablando de Mis obras y Mi doctrina. Luego, Lucas ordenó todo el material, lo compuso en capítulos y versos, y no ateniéndose a la misma cantidad de capítulos y versos de los otros Evangelios; por lo que algunos relatos aparecen en su Evangelio en otro capitulo diferente a la de los otros evangelistas, hechos fácilmente comprobables.
    "En cuanto a su persona, Lucas fue diseñador y dibujante de sellos para los tapiceros y tejedores, y muchos dibujos en chales y cortinas judías han salido de sus manos. Además era calígrafo, hablaba griego, latín y hebreo, y si era menester también se hacia comprender en otras lenguas de Judea.
    "Además era muy aficionado a la recogida de novedades, como siempre había y habrá personas; se informó acerca de todos los detalles de Mi vida, hechos que conmovieron y dieron que pensar a mucha gente disfrutó en la divulgación de sus conocimientos a los curiosos, no siendo muy ecléctico en sus relatos, con tal de ofrecer algo extraordinario.
    En la primera parte su relato contiene mucho de su propia invención a falta de datos exactos. Más tarde, en la época que el apóstol san Pablo está predicando Mi Palabra en Grecia, su amigo, Teófilo, que también vivía en Grecia, le indicó que se informaría concienzudamente, luego de anotar todo lo comprobado y enviárselo. Teófilo había escuchado tantos relatos diferentes de judíos y griegos acerca del Nazareno, que no veía claro qué era lo extraordinario de este hombre. Se preguntaba, si se trataba de un ser sobrenatural o de un hombre de grandes conocimientos sacados de variados libros de sabiduría. Cuando Lucas recibió la carta en Jerusalén, se ocupó más seriamente del asunto y se informó de todos los detalles de Mi vida, Mi persona y Mi doctrina. Recogió detalles de personas que habían tenido algún que otro contacto conmigo o con Mis discípulos. Desde Mi vida en la tierra hasta la terminación del Evangelio de Lucas transcurrieron 38 años (año 68), cuando al fin Lucas pudo mandar lo escrito a Grecia, donde Teófilo lo comparó con sus anotaciones. Lo que hemos dicho del Evangelio de Lucas vale igualmente para "los hechos de los apóstoles" escritos sobre pergamino a petición de Teófilo en la última época de su vida, cuando ya no vivia ninguno de Mis apóstoles o discípulos en Jerusalén. Los "hechos de los apóstoles" también sufrieron retoques de parte de amigos y los datos aportados desde Judea no eran siempre exactos, conteniendo las propias fantasías de personas que se sentían llamadas a difundir Mi palabra, y cada cual pretendía saberlo mejor. "Así ocurrió que el Evangelio de Lucas y "los hechos de los apóstoles" contienen exageraciones y fantasías, de los cuales ni se enteraron Mis verdaderos apóstoles y discípulos, ya que su vida transcurría en Galilea, Samaria y otros parajes lejos de Jerusalén.
    "A la vista de estos hechos podéis comprender que cierto terremoto y la oscuridad que sobrevino en el momento de Mi muerte en la cruz, así como la apertura de las tumbas en el valle de Josafat, Mi Ascensión a los Cielos desde dos montes diferentes, así como la llegada del espíritu Santo, son en gran parte obra de la fantasía de Mis seguidores. El evangelista más digno de fe y que fue testigo presencial de los hechos más importantes, no menciona para nada estos sucesos en su Evangelio (Juan). Lucas no nos explica si estaba presente en la venida del espíritu Santo. "Durante el Gran Concilio de Nicea, por poco iban a ser declarados apócrifos tanto el Evangelio de Lucas así como sus "hechos de los apóstoles". Los obispos occidentales se opusieron y los escritos de Lucas fueron declarados auténticos. Esto explica que hoy en día se considera a Lucas como el más fidedigno de los evangelistas, teniéndole más en cuenta que Juan." (Gr XI, pág. 271-273).
    "¿Por qué tendría que haberse obscurecido el sol durante tres horas en Mi muerte? Además, en caso de haber ocurrido, esto se habría notado también en otras partes del mundo y los sabios de otros países lo hubiesen registrado. Ni siquiera los historiadores romanos anotaron tal hecho. Si hubiera ocurrido exclusivamente en Jerusalén, o sea por intervención Mía, esto significaría que todos se quedaron ciegos durante tres horas, menos Juan, que no habla de ningún eclipse solar. Tal como ocurre con el eclipse solar, así también con Mi ascensión al Cielo; ¿dónde se halla este Cielo al cual Yo ascendería? ¿Dónde se elevaría el Omnipresente para demostrar a los hombres el lugar de su verdadera casa? Quiero decir con esto que Yo estoy Aquí y en todo lugar para todos los tiempos, ya que Soy el principio de todo lo visible y fuera de Mi no existe nada!" (Gr XI, pág. 273?274).
    En el capitulo "La vida terrenal de Jesús", se demuestra que el cuerpo de Jesús se disolvió en sus átomos, quedando así invisible de pronto. Él readquirió su "plena naturaleza divina". (Gr VII 129, 9).
    "No os molestéis por algunas inexactitudes que puede haber escrito este hombre, que ni siquiera las inventó él, sino alguno de los muchos correctores posteriores, de los cuales podría citar una docena. En sus últimos tiempos se esforzó por un pureza en sus escritos con buena voluntad y seriedad. No se le puede verosímil culpar de lo que los clérigos harían posteriormente con su Evangelio. Ellos sembraron la mala hierba que creció con el trigo." (Gr Xl, pág. 274).
    "Yo no quiero juzgar ni a Lucas, ni a Marcos ni a Mateo; por lo menos se esforzaron en escoger lo más verosímil y lo más puro entre la cantidad de relatos adulterados de Mi enseñanza. En lo que se refiere a los hechos, ellos inventaron algo y por otra parte tuvieron que aceptar lo que otros les habían relatado; entre ellos personas poco escrupulosas que pretendían haber sido testigos oculares. Luego comparaban sus apuntes con las citas de los antiguos profetas y encontrando concordancia, aceptaron ésta como criterio de verdad."
    "Si hubiesen dejado los Evangelios tal como fueron escritos, resultarían mejores que ahora; ellos no relataban tantos hechos milagrosos, ni hablaban de tantas penurias y crueldades para la humanidad. Más tarde creyeron conveniente añadir pasajes con aire de milagros y otros de cariz justiciero. Estas adulteraciones ya se dieron entre los cristianos judíos, luego entre los romanos y griegos, cien años antes del Gran Concilio de Nicea, convirtiendo Mi doctrina de amor y de verdad en todo lo contrario, haciéndome aparecer como un justiciero en vez de portador de felicidad para la humanidad." (Gr Xl, pág. 275 sig.).
    "Pero lo peor ocurrió después del Concilio de Nicea; los obispos griegos y romanos se esforzaron en pintar el Juicio Final en los colores más vivos, basándose en los textos paganos del Tártaro y en el Sheol de los Hebreos, atribuyéndome las características de Eacus, Mino y Rhadamanto, jueces de las almas de los muertos. Según esta tradición Yo debería enjuiciar todo y todos sin piedad, condenando al infierno para la eternidad a todos los que no se sometían a las órdenes y mandatos del llamado "Santo Padre" en Roma. Considero haber aclarado suficientemente que ni Yo ni Mis verdaderos evangelistas pudieron idear y divulgar tales cosas. Yo no puedo decir de Mi que soy el amor y la piedad en persona y luego actuar con venganza, crueldad, castigo eterno y martirio contra Mis hijos errantes, que en muchos casos ni siquiera tienen la culpa de su comportamiento negativo. No he venido para hundir aún más a los perdidos, sino a conducirlos con amor hacia la luz para que no anduviesen más en la oscuridad." (Gr Xl, pág. 246).
    Sentimos la urgente necesidad de que nos contesten una pregunta: ¿Por qué Dios no impidió las adulteraciones? La Nueva Revelación contesta: "Preguntándome como Yo, Dios y Señor Omnipresente y Omnipotente he permitido que Mi palabra pura fuese distorsionada de tal modo sin intervenir, os respondo: es lo mismo como si preguntarais porqué dejo que en la tierra crezcan juntos el trigo, la avena, los árboles frutales, pero también otras plantas (mala hierba)" (Gr Xl, pág. 251). Todo lo que crece tiene su utilidad y su fin, así también los hombres incrédulos o supersticiosos tienen su fin; si todos los hombres nacieran iluminados como el arcángel Rafael, pero ligados a sus cuerpos pesados, nadie se esforzaría en pensar y en buscar la verdad. Sobrevendría una letargia general y nadie ayudaría o perjudicaría ya a nadie. Tal como están las cosas, los más dotados con inteligencia se aplicarán -estimulados por los tontos- en luchar contra la ignorancia y la obscuridad, y grande será la alegría cuando con sus esfuerzos logren enseñar el camino de la luz a los ciegos. También los Evangelios sirven a este propósito, aunque contengan errores materiales, pero sobre todo contienen Mi espíritu puro, que puede ser encontrado por cualquier persona iluminada por Mi. Pero la gran masa, que aceptaría una moneda de estaño por un ducado de oro, en su ignorancia no lo sabe ver. Pero, como sabéis, en la casa de Mi Padre hay muchas moradas y muchas escuelas, donde estas almas espiritualmente pobres pueden encontrar el camino de la luz. Por esto tengo tanta paciencia con los así llamados lugartenientes de Dios, tan faltos de inteligencia, de razón y buen sentido. Pero hay un tiempo para todo y todo encontrará su meta." (Gr Xl, 252).
    "Tanto Lucas como el pseudo-Mateo (I'Rabbas) comenzaron a escribir sus Evangelios pocos años después de Mi vida pública; aún así hay muchas equivocaciones y las descripciones de algunos asuntos importantes incluso son contradictorios. En su tiempo no hubo control de ninguna clase; cada evangelista tenía sus lectores y oyentes, y éstos no se preocuparon de los otros evangelistas. Cada uno se enorgullecía de lo que él había escrito. Así I'Rabbas (Mateo) se intereso poco o nada en la circuncisión de Jesús niño en el templo, ni de la llegada de los tres sabios de Oriente, ni de la huida a Egipto y del horrible infanticidio en Belén ordenado por Herodes. L'Rábbas (pseudo-Mateo), recibió sus informes en Tiro y en Sidone y los transcribió a su modo. Siendo él más bien pagano que judío dio poca importancia a la circuncisión del niño Jesús; esto explica porqué los Evangelios difieren en este punto, mientras que en otros detalles de lugar y de tiempo concuerden. Lucas habla de un Jesús circunciso según uso y costumbres hebreos, nacido en Belén en un establo. Habla del homenaje que le rindieron los pastores, pero omite la visita de los tres magos de Oriente y 1a huida a Egipto, sino que dice que volvió a Nazaret donde vive tranquilamente hasta los doce años, cuando puede ir con sus padres de peregrinación a Jerusalén
    "Según Mateo, vemos nacer a Jesús en una casa propia de familia corriente, sin el saludo de los pastores, en cambio si recibiendo la visita de los magos de Oriente (de lo cual Lucas en su Evangelio no hace ni mención, como tampoco de la huida a Egipto ni del infanticidio en Belén, ni de la vuelta de Jesús de Egipto a Galilea bajo el rey Archelaus) " (Gr XI, pág. 277 sig.).
    "Cada evangelista se atenía a lo que él pudo averiguar y no se ocupó de lo que los otros escribiesen, lo que nos aclara que no hay fundamento para la polémica entre los críticos bíblicos de quién, había copiado de quién. Los evangelistas no copiaron uno del otro, sino que se daba el caso que se encontraron con los mismos informadores, por lo que algunos pasajes se parecen. Esto nos demuestra que las especulaciones no sirven para nada. ¿Pero cuál de los dos evangelistas se atiene más a 1a verdad? podríamos preguntar. La contestación es: ninguno, porque cada uno pudo escribir solamente lo que había oído decir. Nadie en Jerusalén se atrevió hablar de la crueldad de Herodes por temor a ser castigado; en Sidone y Tirene odiaron a Herodes y no se callaron, así que relataron su crueldad y la causa que llevo a los hechos.
    "Se encuentran aún muchas más diferencias al comparar los dos Evangelios, diferencias de más fácil comprensión que las dos versiones de un Jesús circunciso según costumbre hebrea y otro Jesús no circunciso de modo pagano. Por esto, ahora ha llegado el momento que toda insensatez y contradicción que va en Mi contra, debe ser eliminada para que surja el auténtico Evangelio de Juan. Cualquiera puede comprender que Yo no puedo permitir contradicciones en los cuatro Evangelios y en algunas cartas de Pablo y de los otros apóstoles, para que los sabios de este mundo puedan ver en Mí una contradicción en sí misma, y que luego ocurre como en algunas sectas cristianas que crean un Cristo a su manera, condenando al mismo tiempo al Cristo de las otras sectas. "Los evangelistas escribían bajo la guía de Mi Espíritu, pero su voluntad no estaba 1ibre y por lo tanto tampoco su juicio y su comprensión " (Gr XI, pág 296).


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann