Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

La creación del universo como consecuencia de la caída de Lucifer


   "Por esto ha sido creado el mundo material, el universo y el hombre. Dentro de él y según su grado de maldad, los espíritus fueron revestidos de materia, expuestos a luchas, tentaciones y sufrimientos; en primer lugar para llevarles paulatinamente al reconocimiento de sus propias faltas a través de las condiciones de la vida, y más tarde para así dar inicio a su retorno voluntario." "... por todas partes se manifiesta el principio de libertad como primordial, siendo secundario el principio de la perfección". "Toda la tierra, al igual que los incontables cuerpos celestes están formándose de la única y gran alma de Satanás, dividida en innumerables compendios de cuerpos. El alma es divisible y por lo tanto también lo es el alma original del pro-espíritu como primer ser creado. De esta alma se derivan continuamente una multitud de nuevas almas" (EM 53, 9-20).
    "Toda la creación visible consiste solamente en partículas del gran espíritu de Lucifer y de su séquito, caído y atado a la materia." (Hi II, pág. 2).
    Lucifer no pudo ser destruido por Dios en "su eterno amor y misericordia", ya que "lo que Dios ha creado no puede ser destruido; únicamente puede alterarse su forma para pasar de una forma menos pura a otra mejor o al revés". Por esto os vuelvo a decir: "Todo lo que contiene la tierra desde su centro hasta más allá de las altas regiones aéreas, es sustancia espiritual en un estado más o menos sólido o mórbido, motivo por el cual se hace visible a la sensibilidad humana o perceptible como materia más sólida o más liviana A esta materia visible pertenecen tanto las piedras, los minerales, las diferentes tierras, el agua, el aire y todas las sustancias contenidas dentro del aire en estado libre. A esto se añade el reino vegetal dentro del agua y sobre la tierra, junto con sus formas de transición hacia el reino animal". (Gr X 21, 1).
    "Todo lo que actualmente es materia, anteriormente era elemento espiritual, que se apartó voluntariamente del orden de Dios, se sometió a estímulos equivocados y se endureció. La materia por lo tanto no es otra cosa que material espiritual juzgado y endurecido. Hablando más claramente: es el envolvimiento más burdo y pesado de lo espiritual." (Gr IV 103, 4).
    "Lo espiritual no puede convertirse ... en materia por sí mismo, sino que existe dentro de la materia " (Gr IV 103, 5) Cuando Jesús intentó explicar lo arriba mencionado a un alto funcionario romano, éste se turbó y dijo que no era fácil comprender esta nueva enseñanza Y Jesús le respondió: "Querido amigo, Yo ya te previne que estas cosas no se pueden entender fácilmente, en su totalidad". (Gr II 230, 5).
    "La mente humana ... no cree lo que no puede ver o tocar." (Gr IV 109, 11).
    El funcionario romano no lo pudo comprender entonces. Los científicos de nuestro tiempo ya se acercan algo a las manifestaciones de Jesús a través de sus conocimientos de la física nuclear. Esto se puede deducir de las palabras ya citadas del premio Nobel Max Planck en el siguiente artículo: "El camino equivocado de la ciencia materialista". Dice el profesor Planck, que el espíritu es el propulsor de la fuerza, y esto concuerda casi literalmente con lo que podemos leer en la Nueva Revelación: "No existe la fuerza como un poder autónomo, tal como lo quieren los sabios materialistas. El espíritu es el propulsor de la fuerza, el conservador de la materia y por lo tanto el factor primordial de toda la vida. Sin espíritu no hay vida, sin vida no hay materia " (LGh, pág. 78).
    Existe en la naturaleza una analogía, que puede acercarnos a la comprensión de la transformación de espíritu en materia. Un estanque congelado consiste en agua sólida; en primavera este hielo se disuelve y se transforma en agua, con el calor del verano el estanque se seca, el agua se evapora en una nube clara. También la nube se desvanece y se disgrega en sus moléculas, quedando invisible para nuestros ojos. En el otoño siguiente y durante el invierno, el proceso se repite, pero a la inversa. De la aparente "nada" se forma materia dura. Estos procesos casi milagrosos de la transformación de los diferentes estados de la materia no nos parecen absurdos. Acostumbrados a ver estos procesos de la naturaleza, los consideramos normales, ya ni paramos a maravillarnos, tampoco los negamos aunque seamos incapaces de explicarlos. ¿Quién pensaría que los poderes creadores de Dios han de terminar donde termina nuestra capacidad de comprensión? En la Nueva Revelación se dice: "Al creyente le serán abiertos los ojos para ver los milagros. Pero no se le puede ayudar ni aconsejar al que no cree. Mira con ojos ciegos el gran taller de Mi vida. Yo os digo: No verá otra cosa que excremento de la muerte, ya que la vida es espiritual y no existe microscopio para estudiar la esfera de Mis poderes creadores". (Hi I, pág. 94, 7).
    "Aunque todo os parezca extraño y curioso, la verdad es así. Nadie puede conocer Mis caminos, ni siquiera un ángel en el Cielo, solamente Yo y el creyente, porque Yo se lo voy a comunicar." (Hi I, 94, 6).
    "Lo que existe desde la eternidad es de Dios, o sea, en el fondo es completamente espiritual. De que aparezca como materia, es debido a la fuerza constante de la voluntad divina. Si dejara de mantener su voluntad todo desaparecería al ojo humano." (Gr VI, 107, 11). "Todo lo creado y visible para el hombre es materia espiritual juzgada y que tiene el destino de pasar a través de una larga cadena de diferentes formas de existencia hacia una vida libre e independiente. Estas transformaciones empiezan con las piedras, pasando desde el reino mineral al vegetal, desde éste al reino animal y, finalmente al hombre. Todas estas formas de vida son recipientes de la vida espiritual emanada de Dios." (Gr VI 53, 5?6).
    "Cada forma corresponde a cierto grado de inteligencia. Cuanto más simple la forma, menos desarrollada es su inteligencia innata." (Gr VI, 53, 7).
    "Cada animal conoce su alimento adecuado y lo sabe encontrar ..., también el espíritu de las plantas conoce la substancia dentro del agua, del aire y la tierra que le sirve para su alimentación El espíritu y el alma natural de un roble nunca sustraerá la substancia necesaria para que el cedro construya su ser y su esencia ¿Pero quién lo enseña a las plantas? Mirad, todo esto es el producto de la altísima y omni-comprensible inteligencia de la vida espacial de Dios. De ella cada alma vegetal o animal extrae la necesaria inteligencia para su existencia que actuará según la dirección de aquélla." (Gr VIII 29, pág. 8?9).
    "El alma de las plantas -al igual al alma de los animales- tienen el destino, desconocido por vosotros, de convertirse en almas humanas. Dentro de Mi plan de sabiduría, las plantas y los animales constituyen recipientes primitivos para la recogida y consolidación de la fuerza natural de vida existente en el inmenso espacio de la creación de la cual emanan también vuestras almas." (Gr IV 216, págs. 1-2). Desde luego, hay que diferenciar: "de una simple alma animal nunca podrá salir un alma humana". (Gr Vl 165, pág. 11).
    Se juntarán varias almas de animales a las cuales Dios añade incontables centellas de espíritu y así saldrá de su mano cada alma humana. El cuerpo de un animal importa poco, como dijo el Señor en la Nueva Revelación. Por su desarrollo evolutivo cada alma animal encuentra su meta con su muerte. Si se come un animal o si muere -o sea si deja su forma primitiva (su cuerpo)- poco importará, según lo dicho, lo que ocurrirá con la forma, que no es otra cosa que un envolvimiento orgánico-mecánico que ha servido como cobijo a la inteligencia recibida. Si, por ejemplo, el pez es comido por otro animal o por el hombre, por esto no cambia la intención del creador y la meta final de su existencia lo conseguirá inevitablemente". (Gr VI 53, pág. 9).
    "Todo lo que pierde la vida, pasará a una existencia más perfecta, hasta el hombre y de éste hacia Mi." (Ha 11 124, 32).
    "Mirad, toda la materia de esta tierra, desde la piedra más dura hasta el éter encima de las nubes, todo es substancia del alma pero necesariamente en una condición juzgada y por tanto solidificada. Su destino es volver a su esencia independiente y puramente espiritual, una vez que alcance su autosuficiencia a través de este aislamiento. Para que el alma liberada de la materia que la tiene atada consiga una autonomía cada vez más elevada, debe atravesar todos los niveles posibles de existencia, y como la crisálida, en cada nuevo nivel de vida ha de revestirse de un cuerpo material con el cual sustraerá nuevas substancias de vida y de actividad." (Gr VI 133, 3).
    "La vida es y será una lucha contra toda clase de enemigos, hasta que el alma por su propio esfuerzo saldrá vencedora, liberada ya de toda materia. Tú no debes sorprenderte de los enemigos de la vida material; en el fondo no son enemigos de la verdadera vida, sino sólo de la vida aparente, que no es una vida sino únicamente la herramienta de la existencia espiritual y el vehículo gracias al cual se puede subir y subir hasta alcanzar la verdadera y auténtica libertad, que no podría ni imaginarse sin esta vida temporal. Gracias a su omnipotencia, Dios podría crear o llamar a la vida un espíritu perfecto con toda la sabiduría y todo el poder -y no uno sólo sino multitud de ellos al mismo instante- pero tales espíritus no tendrían autonomía, ya que su deseo y su proceder seria idéntico al deseo divino, del que emanan y que fluye dentro de ellos. No serian nada en sí mismos, solamente el concepto, la idea de Dios. Si se habrían de convertir en seres independientes deberían tomar el camino de la materia, o sea el camino de los espíritus juzgados. Así se convertirían en hijos de Dios libres e independientes y capaces de actuar por su cuenta, aceptando la voluntad de Dios, pero no a la fuerza sino por reconocer libremente el valor superior y decidiéndose a vivir según la voluntad de Dios, lo que les dará el mayor gozo y la absoluta beatitud de la vida." (Gr VI 133, 9-11).
    "Yo soy vuestro origen y a este origen todos volverán para toda la eternidad." (Ha II 6, 31).
    "Mirad lo que hago a causa de un único ángel soberbio. Os digo, nunca se habrían creado ni la tierra ni el sol, ni cualquier cosa material si aquel único espíritu no se hubiese rebelado." (Hi I, 66).
    "El amor es la palabra más grande de toda la existencia." (Ha II 56, 25).
    En ningún lugar de la Nueva Revelación se expresa de un modo tan conmovedor el amor ardiente, con el cual Dios abraza a todas sus criaturas, como en las siguientes líneas:
    "Por un solo hijo mío sacrificaré miles de millones de soles y de mundos de toda clase, si con esto consigo que vuelva a Mi. Pero si se trata de poder salvar a un hijo solamente con el sacrificio de Mi vida, antes lo daría, que perder a uno de mis hijos." ¿Se puede comprender este amor?
    "Mi mayor gozo reside en ver crecer los innumerables hijos imperfectos, ver el aumento de su sabiduría y su perfeccionamiento dentro de sus actuaciones. Su alegría al vencer con dificultades sus defectos y alcanzar nuevas capacidades, es también Mi alegría." (Gr V 157, 7).


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann